Hoy no habría sido un buen día para mantener un debate con cualquiera de esos especímenes que defienden lo indefendible. O tal vez sí. Quizás vendría bien ponerles la realidad cruda y pelada ante la vista, no a ellos, cuyos ojos son una mezcla entre los del tío Gilito y los de Godzilla, sino a los espectadores ante quienes una intenta habitualmente argumentar de forma sosegada, exponiendo principios que son básicos en cualquier democracia que se precie, y esgrimiendo ejemplos de lugares donde la peste nacionalista no campa a sus anchas como aquí.
Hoy voy a hablaros de una alumna por quien siento un afecto especial. La verdad es que este año tengo unos alumnos maravillosos, pero esta niña es sin duda singular, un ejemplo de bondad y superación. Llegó a Vigo hace tres años con sus padres y sus dos hermanos pequeños procedente de China. Es muy inteligente y trabajadora, pero sólo hablaba chino y un poquito de inglés cuando llegó, así que no hace falta que os explique el obstáculo que supuso para ella el tener que escolarizarse no en una lengua nueva, sino en dos. El curso pasado la cambiamos al grupo de diversificación curricular; son chicos que necesitan una atención especial y a mí me gusta mucho enseñarles, así que Su es alumna mía desde entonces. Es una compañera maravillosa y una alumna aplicada y agradecida, excelente en Matemáticas y en Inglés, y poco a poco ha ido asumiendo que tiene que estudiar la mitad de las asignaturas en la lengua de sus compañeros y la otra mitad, la que corresponde a las materias con más texto, en la lengua impuesta por la Xunta. Conmigo tiene un trato especial; a veces me explica cómo prepara un plato chino y yo le doy mi opinión, y le digo si la encuentro favorecida con una nueva forma de peinar su maravillosa melena del color del azabache. Un día le dije que, si por mi fuera, haría trampantojos en las frías paredes de los pasillos, que cambiaría el horrible sonido del timbre por la marcha Radetzki y que tendríamos una mascota en el patio. Al día siguiente me trajo un montón de estrellas hechas por ella con cartulina de colores para que las colgara de la ventana del aula.
Los padres de Su tienen que trabajar mucho, así que ella ayuda en casa; cocina, limpia y atiende a sus hermanos. Lo acepta como todo lo demás, con una sonrisa. Pero ésta mañana estaba triste; lo noté nada más entrar en el aula, y enseguida supe el por qué: sus padres han de trasladarse por motivos de trabajo a Barcelona y ella tiene que acompañarlos ¡Ahora que tan sólo le faltan cuatro meses para obtener el título de ESO! No hace falta que os diga lo que eso supone, ¿verdad? Empezar a estudiar a estas alturas en catalán. El colectivo chino se apoya mucho, tienen una relación estrecha entre ellos, lo que les dificulta en cierto modo el aprendizaje de la lengua que se habla muy mayoritariamente en las ciudades, el español, pero si ella pudiera profundizar en esta lengua en el instituto, tal vez podría cursar bachillerato y tendría una gran ventaja de cara a su futuro laboral: saber dos lenguas como el chino y el español. El equipo directivo se está volcando para encontrarle la mejor solución posible, y varios profesores nos hemos ofrecido a echar una mano en lo que haga falta, pero no es fácil.
Siento vergüenza de vivir en un país donde la estupidez, el interés y el fanatismo nos han llevado a esta situación. Hoy en la prensa unos que se autodefinen como "gestores culturales" bramaban porque la Xunta no les da el dinero que necesitan para mantener su chiringuito. Todos los años, éste también, los presupuestos de la Xunta incluyen millones de euros para comprarles a las editoriales que solo editan en gallego los ejemplares que la calle no absorbe. No les parece suficiente que les obliguen a comprarlos a los alumnos, que se los compren en masa para rellenar las bibliotecas o que les sufraguen las traducciones. Quieren más. También hay partidas millonarias para subvencionar las películas en gallego que la gente no va a ver, para mantener fundaciones que estudian hasta la marca de calzoncillos que usaban los tropecientos padres de la patria, para pagar campañas destinadas a cambiarles el idioma a nuestros hijos, o para pagar a filólogos que trabajan en los ayuntamientos del rural, como si nuestros paisanos gallego hablantes necesitaran de un filólogo que les diga qué palabra usar cuando hablan con sus nietos. Pues no les llega, y hoy abrieron sus bocas grandes como la cueva de Alí-Babá para decir que, debido a la crisis, se están haciendo recortes en áreas fundamentales para que una sociedad se sostenga: la Sanidad, la Educación y ellos. También decían, y lo resumo, que como hay alguna asignatura en español, esto les perjudica económicamente porque reciben subvenciones por editar material didáctico en gallego. A esto le llamo yo tener una cara de hormigón armado reforzado con chinchetas.
Si hoy tuviera que intervenir en algún programa de televisión o de radio, no podría evitar la tentación de resumirlo todo en pocas palabras y lo que diría es aplicable tanto a Galicia como a todos los lugares con lengua "propia": Señores, esto es muy sencillo, aquí hay un grupo de fanáticos que amenazan y agreden a los defensores de la libertad de lengua porque creen que el destino los ha llamado a salvar Galiza, Euskalerría o los Paísos Cataláns y nosotros somos un estorbo. Aquí hay unos partidos políticos que usan la lengua y la manipulación histórica para alcanzar unos objetivos. Han creado sindicatos y copado todo tipo de asociaciones y colectivos. Aquí hay otros partidos que han montado un tinglado de chupes y cargos que solo se sostiene creando diferencias. Alrededor de todo esto ha ido creciendo un sector cultural que pone en el mercado un producto que gusta poco y por ello tenemos que pagarles de nuestro bolsillo lo que el mercado no absorbe. También mantenemos a un conglomerado de expertos en vender humo. Estos sectores y partidos forman un todo que se retroalimenta.
A Galicia Bilingüe han acudido padres hartos de la imposición, familias cansadas de que les laven el cerebro a sus hijos, o con niños sujetos a coacciones y acoso por el hecho de protestar, parados que no pueden hacer un cursillo del INEM sin pasar por el aro de aprender la lengua impuesta, ciudadanos hartos de ver cómo su lengua desaparece del ámbito oficial, y un sin fin de damnificados que sería demasiado extenso enumerar. Ahora le ha tocado a Su. Los "gestores culturales" dirán que eso no es nada comparado con la identidad colectiva que hemos de salvar a golpe de talonario.
Que sepan estos desaprensivos que yo y muchos más trabajaremos para desenmascararlos, lo haremos a nuestro ritmo, que lo nuestro sí es vocacional y se hace en nuestro tiempo libre y sin recibir un euro. Lo haremos sin agobios, buscando la ocasión. Que sepan que tienen nuestro más absoluto desprecio, se lo han ganado a pulso pintada a pintada, campaña a campaña, euro a euro. Perdonad el tono de esta entrada, es que estoy un poquito harta. Para endulzarla he puesto la imagen de una flor. En la calle, junto al instituto han comenzado a florecer las magnolias, al verlas me he acordado de Su.
Los padres de Su tienen que trabajar mucho, así que ella ayuda en casa; cocina, limpia y atiende a sus hermanos. Lo acepta como todo lo demás, con una sonrisa. Pero ésta mañana estaba triste; lo noté nada más entrar en el aula, y enseguida supe el por qué: sus padres han de trasladarse por motivos de trabajo a Barcelona y ella tiene que acompañarlos ¡Ahora que tan sólo le faltan cuatro meses para obtener el título de ESO! No hace falta que os diga lo que eso supone, ¿verdad? Empezar a estudiar a estas alturas en catalán. El colectivo chino se apoya mucho, tienen una relación estrecha entre ellos, lo que les dificulta en cierto modo el aprendizaje de la lengua que se habla muy mayoritariamente en las ciudades, el español, pero si ella pudiera profundizar en esta lengua en el instituto, tal vez podría cursar bachillerato y tendría una gran ventaja de cara a su futuro laboral: saber dos lenguas como el chino y el español. El equipo directivo se está volcando para encontrarle la mejor solución posible, y varios profesores nos hemos ofrecido a echar una mano en lo que haga falta, pero no es fácil.
Siento vergüenza de vivir en un país donde la estupidez, el interés y el fanatismo nos han llevado a esta situación. Hoy en la prensa unos que se autodefinen como "gestores culturales" bramaban porque la Xunta no les da el dinero que necesitan para mantener su chiringuito. Todos los años, éste también, los presupuestos de la Xunta incluyen millones de euros para comprarles a las editoriales que solo editan en gallego los ejemplares que la calle no absorbe. No les parece suficiente que les obliguen a comprarlos a los alumnos, que se los compren en masa para rellenar las bibliotecas o que les sufraguen las traducciones. Quieren más. También hay partidas millonarias para subvencionar las películas en gallego que la gente no va a ver, para mantener fundaciones que estudian hasta la marca de calzoncillos que usaban los tropecientos padres de la patria, para pagar campañas destinadas a cambiarles el idioma a nuestros hijos, o para pagar a filólogos que trabajan en los ayuntamientos del rural, como si nuestros paisanos gallego hablantes necesitaran de un filólogo que les diga qué palabra usar cuando hablan con sus nietos. Pues no les llega, y hoy abrieron sus bocas grandes como la cueva de Alí-Babá para decir que, debido a la crisis, se están haciendo recortes en áreas fundamentales para que una sociedad se sostenga: la Sanidad, la Educación y ellos. También decían, y lo resumo, que como hay alguna asignatura en español, esto les perjudica económicamente porque reciben subvenciones por editar material didáctico en gallego. A esto le llamo yo tener una cara de hormigón armado reforzado con chinchetas.
Si hoy tuviera que intervenir en algún programa de televisión o de radio, no podría evitar la tentación de resumirlo todo en pocas palabras y lo que diría es aplicable tanto a Galicia como a todos los lugares con lengua "propia": Señores, esto es muy sencillo, aquí hay un grupo de fanáticos que amenazan y agreden a los defensores de la libertad de lengua porque creen que el destino los ha llamado a salvar Galiza, Euskalerría o los Paísos Cataláns y nosotros somos un estorbo. Aquí hay unos partidos políticos que usan la lengua y la manipulación histórica para alcanzar unos objetivos. Han creado sindicatos y copado todo tipo de asociaciones y colectivos. Aquí hay otros partidos que han montado un tinglado de chupes y cargos que solo se sostiene creando diferencias. Alrededor de todo esto ha ido creciendo un sector cultural que pone en el mercado un producto que gusta poco y por ello tenemos que pagarles de nuestro bolsillo lo que el mercado no absorbe. También mantenemos a un conglomerado de expertos en vender humo. Estos sectores y partidos forman un todo que se retroalimenta.
A Galicia Bilingüe han acudido padres hartos de la imposición, familias cansadas de que les laven el cerebro a sus hijos, o con niños sujetos a coacciones y acoso por el hecho de protestar, parados que no pueden hacer un cursillo del INEM sin pasar por el aro de aprender la lengua impuesta, ciudadanos hartos de ver cómo su lengua desaparece del ámbito oficial, y un sin fin de damnificados que sería demasiado extenso enumerar. Ahora le ha tocado a Su. Los "gestores culturales" dirán que eso no es nada comparado con la identidad colectiva que hemos de salvar a golpe de talonario.
Que sepan estos desaprensivos que yo y muchos más trabajaremos para desenmascararlos, lo haremos a nuestro ritmo, que lo nuestro sí es vocacional y se hace en nuestro tiempo libre y sin recibir un euro. Lo haremos sin agobios, buscando la ocasión. Que sepan que tienen nuestro más absoluto desprecio, se lo han ganado a pulso pintada a pintada, campaña a campaña, euro a euro. Perdonad el tono de esta entrada, es que estoy un poquito harta. Para endulzarla he puesto la imagen de una flor. En la calle, junto al instituto han comenzado a florecer las magnolias, al verlas me he acordado de Su.